LA SESIÓN DE WUSHU: TAOLU
junio 6, 2018¿CÓMO SE ORGANIZA UNA SESIÓN DE WUSHU?
En el siguiente artículo encontrarás información acerca de la programación de una sesión.
PROGRAMA, CONTENIDOS, SESIONES
La sesión es la unidad fundamental de organización del entrenamiento y aprendizaje. Para enseñanza e iniciación en Wushu es necesario seguir un programa adecuado a la modalidad y edad de los practicantes (el programa de niveles de Duan chino, por ejemplo), formado por bloques de contenido (unidades didácticas), que se concretan en sesiones reales en clase (Ruano, 2017).
Dicho de otro modo, cada sesión debe tener objetivos preestablecidos que nos sirvan de brújula, convirtiendo cada día de entrenamiento en una oportunidad única para aprender o mejorar en algo de acuerdo al programa.
En este sentido, el primer reto que debemos afrontar a la hora de diseñar nuestros objetivos y contenidos de la sesión, es obtener información de nuestros alumnos. Con datos en la mano podremos establecer nuestros objetivos y organizar las sesiones de acuerdo a los principios del entrenamiento.
LA MOTIVACIÓN DETRÁS DE LAS SESIONES
Algunos aspectos que debemos tener en cuenta en la elaboración de las sesiones, son:
- Conocer a nuestros alumnos: cuanto más aprendamos de nuestros alumnos, más óptimo y específico será su proceso de aprendizaje, aumentando las posibilidades que tendremos para influir de forma positiva en su entrenamiento y resultados. Debemos preguntarnos: ¿cuál es su historial deportivo? ¿Qué actividades realizan durante la semana? ¿Qué los motiva? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades? ¿Hacia dónde se dirigen?
- Comunicar los objetivos del entrenamiento y motivar su consecución. Debemos ser capaces de crear expectativas en el deportista para lograr que el momento de mayor motivación coincida con las actividades que más aportación tienen para el objetivo. Reflexionemos: ¿somos buenos comunicadores? ¿Cómo influye nuestra manera de expresarnos en nuestros alumnos, a nivel de resultados? ¿Repito las cosas muchas veces?
- Aprovechar el limitado tiempo de cada sesión. Nuestra puesta en acción debe ser acorde con los objetivos de la sesión, realizando distribución adecuada del esfuerzo y del tiempo según la importancia de cada parte de la sesión, siempre buscando una progresión de menos a más en la dificultad de los contenidos. ¿Sabemos cuánto tiempo se dedica a cada parte de la sesión, incluyendo explicaciones, tiempo efectivo de trabajo, descansos, etcétera?
- Trabajar la condición física general y especifica. Mejorar la fuerza relativa con autocargas, entrenar la potencia aeróbica, velocidad, salto, equilibrio, propiocepción, flexibilidad, rango de movimiento… Fundamentalmente, necesitaremos saber de dónde partimos (mediante test específicos) y a dónde queremos llegar (controlando la evolución). Nos preguntamos: ¿La forma física de nuestros alumnos facilita el aprendizaje o lo lastra? En este sentido, ¿qué carencias tiene nuestro entrenamiento y cómo podemos subsanarlas? ¿Qué se necesita para saltar más, correr más rápido, coordinar la técnica a mayor velocidad… y cómo debemos trabajar para mejorar?
- Fomentar el desarrollo motor. Debemos tener en cuenta que la «edad motriz» muchas veces no se corresponde con la biológica, siendo muy común encontrarse con personas adultas cuyo desarrollo motor está atrasado o con niños que actualmente se están desarrollando y en los que es muy importante trabajar las habilidades coordinativas proponiendo una gran variedad de situaciones de trabajo. A veces es mejor dejar un poco de lado la técnica para: enseñar a batir antes de aprender saltos de Nandu, corregir la técnica de carrera antes de entrenar técnica a velocidad, aprender a disociar distintas partes del cuerpo de forma coordinada antes de comenzar a aprender formas… ¿En qué etapa de madurez motriz se encuentran nuestros alumnos? ¿Se corresponde con su edad biológica? ¿Cómo podemos estimular su desarrollo?
- Sentar las bases de la técnica (JBG). Sabemos que siempre hay que trabajar la base, desde la presencia en clase, la postura en los ejercicios de acondicionamiento, etcétera; sin embargo, eso no implica que debamos instruirla de forma directa, ni estandarizada, ni en partes concretas de la sesión. Muchas veces es mejor introducirla a través de juegos o corregirla mediante situaciones que bloqueen el error, en lugar de atacarlo de forma directa. Piensa: ¿puedes añadir un componente lúdico al entrenamiento de la técnica? ¿A través de qué metodología puedes asegurar mejor el aprendizaje y retención de los contenidos objetivos?
- Establecer hábitos y valores positivos. Se trata de inculcar una cultura deportiva: convencer del beneficio de la práctica deportiva para la salud, de que la actividad física es un modo de disfrutar la vida y de que el deporte es un vehículo para el desarrollo personal. Debemos transmitir la conexión entre las clases y la vida real: motivar que el alumno se comprometa y quiera conocer el “por qué” y el “para qué” de lo que hace durante los entrenamientos y cómo puede aplicarlo fuera de las clases. ¿Te has preguntado si tus alumnos entienden la motivación de sus entrenamientos? ¿Quieren mejorar, demandan más trabajo y se comprometen con ello? ¿Cómo han cambiado sus vidas desde que entrenan Wushu?
- Divertir y socializar. Construir un entorno amable e igualitario, que se sienta como propio y de equilibrio a los estudios o el trabajo no solo es una manera de estrechar la relación entre los alumnos y el deporte, sino de motivarlos a sentir pasión por lo que hacen y que quieran llevarlo más allá: competiciones, arbitraje, estudios… ¿Se lo pasan bien cuando vienen a entrenar? ¿Cómo son las relaciones en el grupo? ¿Qué podemos hacer para fomentar un clima de trabajo adecuado?
- Valorar nuestra actuación. Controlar la repercusión del programa en la mejora de nuestros alumnos y adaptarlo continuamente a las necesidades que vayan surgiendo; obtener feedback de diversas fuentes y analizarlo, estudiar y reciclarse de forma continua, relacionarnos con otros profesionales del sector… Debemos mejorar de forma ambiciosa para que seamos un reflejo de los resultados de nuestros alumnos. Analicemos: ¿Qué hacemos bien, qué hacemos mal y cómo podemos mejorar? ¿Pensamos en el futuro, buscamos alumnos excelentes y nos centramos en reforzar los aciertos por encima de los fallos? O por el contrario, ¿nos centramos en el ahora y somos exigentes “atacando” el error cuando aparece, para que todos nuestros alumnos cumplan unos mínimos en el entrenamiento?
ENSEÑANZA Y ORGANIZACIÓN DE LAS TAREAS
La sesión de Wushu sigue un estilo de enseñanza instructivo, en el que la principal técnica para el aprendizaje es la enseñanza directa del profesor. En cuanto a su organización, combina diferentes técnicas para cada parte de la sesión:
- Organización masiva: técnica habitualmente empleada durante el calentamiento, según la cual todos los alumnos trabajan a la vez, pero de forma individual, siguiendo el ritmo que el profesor marca en la transición de tareas.
- Asignación de tareas: es una manera de individualizar y que permite a cada alumno avanzar según su nivel de desarrollo motor y necesidades. Se suele organizar en circuitos, especialmente para la preparación física y consiste en la organización por estaciones, supeditadas a un tiempo determinado, en las que se realizan una o varias tareas motrices.
- División por grupos: durante la parte principal de la sesión se suele dividir al grupo en subgrupos según estilos u objetivos, supervisados por el entrenador. Este sistema permite combinar el entrenamiento de distintos estilos, modernos o tradicionales, y diferentes objetivos: competición, exhibición, recuperación, aprendizaje, etcétera.
ESTRUCTURA DE LA SESIÓN
La sesión de Wushu habitual sigue una estructura de sesión de corte tradicional, compuesta por cuatro partes fundamentales:
I. INTRODUCCIÓN Y CALENTAMIENTO
En la introducción se presentan los objetivos de la sesión. En Wushu, como en otros deportes, es habitual formar a los alumnos a una hora determinada y tener una pequeña charla sobre los objetivos, organización o aprendizajes previos, que genere expectativas y propicie una mayor implicación con el entrenamiento.
El calentamiento es una parte fundamental de la sesión, pues nos permite introducir a los alumnos en el entrenamiento y generar un ambiente de trabajo. Por lo tanto, y en la medida de lo posible, no debe de ser un momento para sociabilizar, sino para concentrarse y propiciar adaptaciones específicas que permitan el desarrollo óptimo de la sesión. Consta de 3 partes:
- Calentamiento general: ejercicios o juegos que generen una adaptación fisiológica y psicológica, que guarden cierta relación con la sesión.
- Movilidad articular, estiramiento en suelo y en barra, además de flexibilidad dinámica. La finalidad es preparar el cuerpo para el trabajo de lanzamientos o pateos, no trabajar la flexibilidad.
- Calentamiento específico o JBG: organizado en líneas, los alumnos actúan por turnos secuenciados, de manera que el entrenador tenga tiempo de corregir a cada uno. El JBG se compone de:
- Trabajo de lanzamientos (pateos).
- Posiciones y técnicas de cada estilo.
- Saltos (Nandu). Se realizan ejercicios de preparación o “inicios de salto” (salto + rodillas al pecho), saltos (mortal de pie) y conexiones (mortal a Die Bu).
Podemos favorecer la autonomía de nuestros alumnos, una vez estén familiarizados con el entrenamiento, alterando la secuencia lógica de la parte introductoria de modo que dispongan de un tiempo determinado para calentar, en grupos o de forma individual, antes de formar y dar comienzo a la sesión propiamente dicho. Esto permite además individualizar en el proceso, de manera que podamos asignar un tiempo específico para la prevención y readaptación de lesiones, dedicar un tiempo extra a reforzar aspectos a mejorar o, simplemente, permitir a cada alumno que incida en los aspectos que considera más importantes para la preparación de la sesión.
En el siguientes vídeos tienes ejemplos de ejercicios para movilidad articular y estiramiento (Vídeo 1), del calentamiento general (Vídeo 2) y del calentamiento específico (Vídeo 3):
II. PREPARACIÓN FÍSICA.
Parte de la sesión dedicada al entrenamiento de las capacidades de fuerza, flexibilidad, velocidad o resistencia, con una orientación específica (resistencia anaeróbica, fuerza para salto, flexibilidad de cadera, velocidad de pateo, core…) e individualizada; es decir, que considere las distintas etapas de madurez motriz y características particulares de cada individuo, en la medida de lo posible (en qué debe mejorar más, si tiene lesiones… ).
Normalmente, el entrenamiento durante las clases se realiza con el peso corporal o el de un compañero, o empleando lastres y bandas de resistencia. Debemos intentar diseñar los ejercicios teniendo en mente que practicamos Wushu y no cualquier deporte: por ejemplo, si durante la forma recorremos varias veces un espacio de 14 metros, con cambios de dirección y de ritmo, tiene más sentido que entrenemos sprints en zigzag en el mismo espacio y en un tiempo similar al de las series, que entrenar sprints de 50 metros en línea recta, a pesar de que ambos puedan ser más beneficiosos o convenientes según qué momento.
Del mismo modo, existen diversas posibilidades para organizar esta parte del entrenamiento en función de nuestros intereses, siendo lo más habitual colocarlo al final de la sesión (especialmente en el caso de la flexibilidad), bien antes del JBG (acondicionamiento más general), o bien entremezclando la preparación física con las series de ejercicios, durante la parte principal de la sesión (acondicionamiento más específico).
Lo que siempre debemos intentar es que no interfiera con los objetivos de la sesión o con otros entrenamientos próximos: es lo que denominamos entrenamiento concurrente. Básicamente, debemos:
- Intentar separar el trabajo de resistencia y el de fuerza en distintos días de la semana. Si no se puede, podemos colocar la fuerza antes que la resistencia.
- Evitar situaciones en las que entrenemos primero resistencia y luego fuerza.
- No entrenar flexibilidad (nos referimos a ganar flexibilidad como preparación física, no a estirar para mejorar el rango de movimiento como parte del calentamiento) antes de un entrenamiento de fuerza-potencia.
En el siguiente vídeo puedes ver un ejemplo de preparación física sencilla para Wushu:
III. PARTE PRINCIPAL.
Durante la parte principal de la sesión tiene lugar la progresión metodológica, que se corresponde con los objetivos más importantes del día. Normalmente consiste en el aprendizaje de JBG o entrenamiento de las formas, que se organizan en ejercicios, series (normalmente un Taolu se compone de cuatro series) o formas completas. Además, es muy conveniente intercalar este trabajo con la preparación física, de esta manera evitaremos largos parones entre series y optimizaremos el tiempo de trabajo efectivo.
Aunque es importante durante toda la sesión, debemos tener especial cuidado de reparar en tres factores para la instrucción durante esta parte del entrenamiento:
- Motivar la ejecución antes y durante la tarea.
- Introducir las tareas mediante información previa.
- Corrección o feedback durante la tarea y al finalizarla. Sobre este último, aconsejamos evitar hablar en negativo, repetir de forma innecesaria e insaciable la misma información (por muy frustrados que nos sintamos…) y emplear de forma habitual la grabación de vídeos.
Por último, recordar que para la enseñanza del Taolu es fundamental no distraerse del programa y buscar la calidad antes que la cantidad, teniendo siempre a mano la normativa por si surgen dudas.
En el vídeo más abajo tienes ejemplos de progresiones para la enseñanza y correción del JBG básico con diferentes materiales.
III. PARTE FINAL.
Tenemos diversas opciones:
- Acondicionamiento físico: trabajo de preparación física, como el entrenamiento de la flexibilidad de cadera, circuitos de core o trabajo de fuerza con autocargas. Si vamos a introducir un trabajo de físico al final, debemos tener en cuenta las posibles interferencias, especialmente si hemos realizado un trabajo de series con mucho volumen (lo que no deja de ser un entrenamiento de resistencia específica), evitando caer en el error de trabajar una cosa, que además puede interferir negativamente con los objetivos de la sesión y generar fatiga, cuando creemos que trabajamos otra bien diferente.
- Vuelta a la calma: mediante ejercicios suaves que permitan bajar pulsaciones, seguido de estiramientos. Es un momento muy propicio para reunir al grupo y repasar los objetivos de la sesión, obtener feedback de los alumnos o, simplemente, sociabilizar mientras se relaja la musculatura.
- Recompensas: podemos terminar por todo lo alto, realizando juegos, aprendiendo técnicas de defensa, sparring de Sanda, secuencias de Taiji… es un forma de recompensar un buen trabajo y darle un aire nuevo al entrenamiento, siempre que se dosifique de forma correcta.
En el siguiente vídeo, perteneciente a la escuela francesa “Akwa Wushu”, puedes apreciar la estructura “ideal” de una sesión de Wushu, disponiendo de tiempo y medios para desarrollar una buena progresión.
LA SESIÓN POR EDADES
Finalizamos hablando de la orientación de las sesiones en función de la edad, cuyo contenido, duración y objetivos deben de tener en cuenta los diferentes estadios de madurez de cada deportista, a sabiendas de que la edad en la que cada niño puede entrar en las distintas etapas puede variar enormemente. Bajo nuestro punto de vista, no siempre es aconsejable establecer grupos estrictos de edad, sino contemplar la relación entre el grado de maduración del niño y su nivel de aptitud para la tarea u objetivo que vamos a acometer. Además, es conveniente considerar las posibles influencias positivas que pueda tener en los niños combinar diferentes grupos de edad.
Dicho eso, podemos establecer tres etapas que definen los contenidos y estructura de nuestra sesión y que, como decimos, no tienen un límite temporal establecido, sino orientativo (Cordente, 07):
A. Etapa de Juego adaptado (6 a 11 años). Sesiones de 30′ a 1 hora.
Introducción al entrenamiento con un alto componente lúdico: basamos nuestro entrenamiento en juegos de corta duración que mejoren la coordinación, velocidad, potencia aeróbica y flexibilidad de los niños, al tiempo que aprenden aspectos básicos del Wushu. Es decir, prima la educación física del individuo (conciencia corporal, coordinación, mejora del aparato cardio-respiratorio, etc.) sobre la enseñanza de la técnica.
En cualquier caso, es preferible enseñar la técnica como parte del juego, antes instruirla de forma directa y sistemática; no debemos ser exigentes, ni buscar la perfección en esta etapa.
Daremos preferencia a una amplia variedad ejercicios en los que deban manipular objetos, salvar obstáculos y coordinar distintas partes del cuerpo; evitando trabajar la resistencia (aeróbica, de forma cíclica y continua) y la fuerza que no sea “natural” (reptar, trepar, empujar, tirar…).
B. Etapa de aprendizaje técnico (10 a 13 años). Sesiones de 1 hora a hora y media.
Nuestros principales objetivos son motivar a los alumnos en la práctica deportiva, establecer las bases del entrenamiento y generar un hábito saludable de adhesión al deporte.
En esta etapa buscaremos la adquisición de un mayor compromiso con el deporte; del mismo modo, la enseñanza de la técnica cobrará mayor importancia, pero siempre manteniendo el aspecto lúdico y educativo del entrenamiento. En cuanto a la preparación física, podemos aumentar la carga de trabajo y empezar a trabajar la fuerza y la resistencia de forma progresiva y con buenos resultados.
C. Etapa deportiva (14 a 16 años en adelante) Sesiones de 1 hora y media a 2 horas.
En esta etapa comenzará la especialización deportiva. Podremos especializar a los alumnos en diferentes estilos y acordar con ellos el camino a seguir de acuerdo a sus objetivos y expectativas. Debemos ser exigentes con la técnica base y combinarla con un trabajo de acondicionamiento físico equilibrado, que facilite el aprendizaje de las dificultades. También podremos introducir aspectos de la normativa relacionados con la técnica y competición.
Respecto a aspectos relacionados con la Fisiología deportiva y entrenamiento en niños, puedes ampliar la información en los siguientes enlaces:
Entrenamiento de capacidades físicas por edades.
Fisiología del ejercicio en niños
IDEAS CLAVE:
- Para diseñar una sesión de wushu es necesario reunir la máxima información posible sobre los alumnos a los que se le va a impartir.
- Las sesiones son la forma más básica de organización, se agrupan por unidades temáticas y estas, a su vez, se engloban en un programa.
- Podemos seguir diferentes metodologías. Las más habitual es la instrucción directa del profesor.
- La organización de tareas se realiza de forma masiva, en grupos o por asignación de tareas.
- Las sesiones de wushu incluyen calentamiento, preparación física, parte principal y parte final.
- Es necesario tener en cuenta el estado de maduración motriz a la hora de diseñar los contenidos de una sesión.
Referencias:
- Pérez, I. (2015) «Guía para ser el entrenador de niños perfecto«. Entrenamiento.com
- Cordente, C. (2007) «Iniciación al atletismo». Apuntes maestría atletismo INEF.
- Ruano, M. (2016) «La sesión». Apuntes de Diseño, Intervención y Evaluación en Actividad Física y Deporte, INEF.